Con los cielos más transparentes del planeta, el norte de Chile tiene las mejores condiciones para la observación astronómica. Su masa de aire seco y estable, escasa nubosidad, baja humedad, altas cumbres y planicies, hacen de estos cielos azulados un deleite para observar los astros. Es considerado el primer centro astronómico del hemisferio austral y su historia comienza en el siglo diecinueve con la llegada de una expedición científica de la Armada de los Estados Unidos a Santiago, la capital del país. Sin embargo, el real despegue de la astronomía en Chile se produce a mediados del siglo veinte con el arribo del Observatorio Interamericano de Cerro Tololo y el Europeo Austral (ESO) Cerro La Silla al norte del país. Hoy los centros astronómicos ALMA y Cerro Paranal, ubicados en la Región de Antofagasta, son considerados lugares privilegiados del planeta para observar las maravillas del cosmos como los satélites de Júpiter o las nubes de Magallanes.

El Desierto de Atacama es el más árido del mundo y se emplaza sobre el Trópico de Capricornio, al igual que el Desierto del Kalahari, o que el Gran Desierto de Australia. Son miles de kilómetros cuadrados de suelos inertes, encerrados entre la cordillera de los Andes y las aguas del océano Pacífico. Pero la riqueza del subsuelo de estas tierras inhóspitas del norte chileno han atraído al hombre por milenios. Cobre, salitre, azufre, litio y yodo son algunos de los minerales que se extraen en la zona.

El clima árido que existe hasta la Región de Atacama es una verdadera barrera natural. Pero la flora y fauna se las ingenian para vivir en este ambiente hostil. La mayor parte de la vegetación se aferra a las riberas de ríos o lagunas. Sin embargo, en plena cordillera de los Andes, existen especies como el quisco candelabro, el tolar andino o la llareta, capaces de soportar las sofocantes temperaturas del día y el intenso frío de la noche.

Altas cumbres destacan dentro de este paisaje azul. El Nevado Ojos del Salado es el volcán más alto del mundo con 6 mil 893 metros sobre el nivel del mar. En esta cordillera nevada surge un espectáculo natural de aguas color esmeralda. Es el lago Chungará, uno de los altos del planeta (4.500 metros de altura). Esta cuenca cerrada del Altiplano Chileno forma parte del Parque Nacional Lauca, una gran superficie que abarca 520 mil hectáreas, donde además existen grandes extensiones de estepas que albergan más de cien especies nativas chilenas. Alpacas, flamencos, vizcachas, guanacos, vicuñas, pumas, llamas y zorros son algunos de los animales y aves que habitan la zona.

Conocer más del libro.

Créditos:

Imágenes IV edición libro Los ojos del Cóndor.

Observatorio Cerro Paranal: Jose Luis Menares.

Desierto de atacama: James J. Bissell.